Reflexión sobre la NES

Sin categoría
Compartimos reflexión del Prof. Rodrigo Arriagada. Asesor Pedagógico de la Escuela Normal N°2, Mariano Acosta
BREVE REFLEXIÓN SOBRE LA NES
Quisiera comentar algunas impresiones respecto al proceso de emergencia educativa que estamos atravesando en la ciudad de Buenos Aires.
En primer lugar, responsabilizo de las tomas en los colegios a las máximos mandatarios que fueron electos como nuestros representantes. Desde una mirada sistémica y estructural, los problemas son generados desde los poderes del Estado y no desde las bases de las comunidades educativas. No obstante, la violencia material que ejerce el poder del estado suele estar legitimado en el discurso del sentido común, en el discurso liberal, en el discurso conservador, en el discurso reaccionario; es lo que en sociología se puede acercar al concepto de violencia simbólica y que se expresa en frases trilladas tales como: “los alumnos están manejados”, “los docentes están aparateados por…”, “los alumnos fuman marihuana en las aulas de la escuela”, “los docentes son vagos, que vayan a trabajar”, “los docentes tienen tres meses de vacaciones”, “los padres no saben educar a sus hijos”, “los alumnos no quieren estudiar”, “se va a hacer política a la escuela”, entre otras yerbas. Estas “verdades absolutas” muchas veces no se justifican más que en la sumatoria de ciertas experiencias o en una concepción ideológica del mundo que establece lo que se debe o no hacer de acuerdo a un criterio moral (que desconoce su relatividad). El relato se difunde masivamente en los grandes monopolios mediáticos, en la selección de saberes que se brinda en las escuelas convencionales y que se reproduce a partir de la falta de formación crítica de los sujetos (que añora, a gritos, la “vieja escuela sarmientina”). No me sumo a la tradición liberal que individualiza problemas que son estructurales y que culpa a los más débiles “ocultando la cara del verdugo”. Todos emitimos juicios de valor desde un lugar político e ideológico. Los que actuamos y hablamos –sobre todo los docentes- tenemos la responsabilidad moral de visibilizarlo.
En segundo lugar y frente a la problemática de la “reforma Nes” me he sentido utilizado por este gobierno para que ser cortésmente invitado a trabajar en “mesas de trabajo no vinculantes”, en “jornadas de construcción de la nueva escuela”, entre otros espacios políticamente correctos, para luego darme cuenta que los cambios que se manifestaron durante el receso de verano, se “cocinaron” en los espacios técnicos, por gestores que no pisan las escuelas y por especialistas sin experiencia y hasta sin saberes en la materia. Vi el trabajo de un número importante de colegas que dieron mucho de su tiempo y energía para presentar propuestas muy interesantes que fueron desestimadas de una manera que roza lo perverso. 
En tercer lugar, la crítica a la idea de reforma no pasa por la idea de reforma en sí, sino por el contenido de la misma. Desde una perspectiva crítica, los verdaderos cambios en educación no se producen modificando el nombre a una materia, generando una clase más entretenida (porque ahora tenemos más medios informáticos y hay que “adaptarse a los cambios”), sino cuando las familias tengan ocupaciones y salarios dignos, condiciones de vida dignas que les permitan tener más tiempo y energía para acompañar la formación educativa, escolar y cultural de sus hijos; cuando el capital cultural se distribuya a todos por igual. Las reformas se hacen evitando que docentes tengamos que trabajar 70 horas cátedra para que el salario permita vivir justamente. Las verdaderas reformas se darán cuando un Estado invierta en el sostenimiento de la formación docente permanente potenciando investigadores y científicos, que devuelvan dialécticamente a sus comunidades educativas el conocimiento que se reconstruye de forma dinámica. Entiendo que las reformas acontecerán cuando se invierta en infraestructura digna para enseñar y aprender (faltan más de treinta edificios educativos en la CABA). Luego de estas cuestiones de orden estructural, entonces estaremos en condiciones de hacer reformas didácticas, disciplinares o curriculares. Empezando al revés las reformas serán de forma y no de fondo; tristemente, sólo serán otro objeto de consumo masivo: saldrán en las fotos de los políticos en campaña o adornarán los carteles de propaganda.
Frente a muchas otras percepciones a las que no me referiré en esta oportunidad, propongo que, simultáneamente:
1. Discutamos en las comunidades educativas el proyecto de ley que adjunto. El mismo manifiesta declarar la emergencia educativa en la ciudad y suspender la Nes por dos años*.
2. Generar más espacios para la discusión en las comunidades educativas: consejos consultivos, asambleas de docentes – padres – alumnos – autoridades y evitar la fragmentación propiciada por los “representantes del pueblo”. 
3. Evitar ir a reuniones aisladas convocadas por el Ministerio de educación y sus dependencias. Si quieren dialogar, como buenos mandatarios, que vengan “al llano”, que con gusto, los esperamos. Es su función, para eso están donde están. Si quieren dialogar que lo hagan con todas las escuelas y no sólo con algunas que visibilizaron con medidas de fuerza todas las grietas que tiene esta reforma. 
4. Entendamos bien que la lucha no es entre claustros o a su interior, sino contra la perversión de la gubernamentalidad neoliberal que no deja de querer expandirse.

Prof. Rodrigo Arriagada. Asesor Pedagógico Escuela Normal nª 2, Mariano Acosta

 

*Se refiere al proyecto que hemos difundido y puede consultarse en www.ademys.org.ar