PRIMERO DE MAYO PARA TRABAJAR EN EL AULA

En la semana del 1° de mayo, les acercamos una propuesta para trabajar en el aula sobre los derechos de los trabajadores, vinculando los derechos constitucionales a la problemática de los talleres clandestinos. 

Comisión Tiza en Mano

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EL DÍA DEL TRABAJADOR         

Desde hace más de un siglo, todos los 1º de mayo, recordamos el Día del Trabajador en homenaje a los trabajadores que en 1886 fueron condenados a muerte por luchar por sus derechos.

  1. Expliquen en qué consiste cada uno de los derechos del trabajador que se explicitan en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional.
  2. Lean la noticia “Los niños de la esclavitud” que cuenta sobre el incendio que sucedió la semana pasada en un taller de costura. Expliquen qué derechos del artículo 14 bis no se cumplen en estos talleres. Justifiquen sus respuestas.

 

28 de abril de 2015 – Agencia de noticias Pelota de trapo (adaptación)

Los niños de la esclavitud

Fuego, humo, asfixia. Esta vez fueron dos niños de 7 y 10 años los devorados por las llamas en el sótano de la casona de Páez 2796, casi Condarco, en Flores. Enrejada y con puertas tapiadas. Dormían aún, a media mañana, cuando se desató un incendio en el taller textil en el que vivían con sus padres: Amparo Menchaca y Julián Rojas, que siguen internados en el Hospital Alvarez con quemaduras. (…)

Este incendio dejó al desnudo que la clandestinidad de la industria textil que mueve más de 700 millones de dólares al año sólo entre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Conurbano requiere de reducir a la esclavitud para rendir. Doce, catorce y dieciséis horas diarias de trabajo, hacinamiento, salarios ínfimos, enfermedades evitables.

(…) El diario Clarín publicó en octubre de 2011 que “el 78% de la ropa que se produce en el país se hace con trabajadores fuera del sistema legal. Es decir, entre 150.000 y 200.000 trabajadores. La Defensoría del Pueblo estimó en 12 mil los talleres clandestinos en todo el país y por lo menos 3.500 en la Capital Federal.

En la vieja casona de Páez 2796, del barrio de Flores, la puerta de ingreso estaba tabicada. La causa penal está caratulada como “incendio seguido de muerte” por el simple hecho de que no existe en ningún Código una figura que exponga para este tipo de muertes una calificación profunda, que vaya a la médula de la perversidad, que defina claramente que se trata de crímenes evitables. (…) Porque “clandestino” significa “oculto, secreto” y la existencia de este tipo de talleres que prolongan el viejo sistema de la cama caliente es un secreto a voces: obreros esclavizados descansan rotativamente en una cama mientras sus compañeros de infortunio trabajan. Se reemplaza así a la vieja estructura en la que las grandes marcas tenían talleres propios de producción.

En un libro titulado “Y aquellos que partieron: retratos del éxodo boliviano” se cuenta cómo es la vida de la gente que trabaja en estos talleres: “Sus horas de trabajo empezaban a las 8 am y no terminaban hasta la 1 am, siete días a la semana. Al final del día Simona y sus seis hijos dormían en un cuarto ubicado atrás de la fábrica, que compartían con otros obreros. Los dedos de Simona se deformaron por el reumatismo y sus hijos empezaron a toser incesantemente por el aire pesado de la fábrica. Cuando se quejó de ello, su jefe le dijo: “No has venido a enfermarte, has venido a trabajar,” y la amenazaron con devolverla a Bolivia” (…).

Kosiuko, Cheeky (…), Portsaid, Zara, Ayres y Cara y Cruz son algunas de las marcas que han sido denunciadas, investigadas, condenadas. Pero no hay cambios sustanciales. Porque en los márgenes se sigue viviendo y muriendo de la manera más cruel. Los talleristas muertos en un incendio, asfixiados o incinerados, son velozmente reemplazados en una nueva sede del taller que no es nunca clandestino porque se sabe cómo, dónde y para quién trabaja. Porque existen procesos financieros y de mercado que tienen más importancia que la vida humana en estos tiempos en que la gran utopía de los poderosos tiene sonido metálico en los bolsillos. (…)