Derrotemos nuevamente la evaluación externa

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Derrotemos nuevamente la evaluación externa

¡No al operativo Aprender 2017!

 

El martes 7 de noviembre se intentará realizar en todo el país el operativo Aprender 2017. Este año, se pretende evaluar a todos los alumnos de 6to grado de la escuelas primarias en las áreas de Ciencias Sociales y Naturales y a todos los alumnos del último año del secundario (5to o 6to, según el caso) en Lengua y Matemática. Además, habrá una prueba de producción escrita para los alumnos de 4to grado de algunas escuelas primarias.

Desde Ademys impulsamos nuevamente el rechazo a este tipo de evaluaciones ya que no contribuyen a mejorar la educación. Este tipo de evaluaciones externas se enmarcan dentro de una reforma que avanza contra la escuela pública para subordinarla cada vez más a los intereses empresarios. Así, este operativo se vincula con medidas como la “Secundaria del Futuro” o el intento por quitar del estatuto a los docentes de idiomas.

Como ha quedado demostrado con el Aprender 2016, los resultados del operativo sólo son usados para ubicar a las y los docentes como responsables de los magros resultados obtenidos y revindicar a la educación privada sobre la pública. Recordemos que a principio de este año, en medio de la lucha que dimos las y los docentes de todo el país por un salario digno, los resultados de las evaluaciones fueron usados por el presidente para afirmar que existe una “terrible inequidad entre aquel que puede ir a una escuela privada versus aquel que tiene que caer en la escuela pública” y lanzar el Plan Maestro, el proyecto de ley que viene a avanzar en la privatización de la escuela pública y la precarización de nuestro trabajo.

Obviamente, Macri desconoció en su discurso que el operativo Aprender 2016 fue fuertemente rechazado en muchos lugares  gracias a la lucha que dimos los docentes, junto a las familias y estudiantes. En la Ciudad de Buenos Aires, el rechazo al operativo fue muy importante. Los y las docentes buscamos distintas formas de explicar nuestra postura a las familias: hicimos cartas para entregar a la salida del horario escolar, pegamos carteles en las puertas de las escuelas, repartimos volantes en algunas esquinas, hicimos reuniones para explicar los motivos por los que rechazábamos la evaluación estandarizada. Así, logramos que en el Nivel Primario un altísimo porcentaje de familias no mandara ese día a sus hijos a la escuela para que no hagan la evaluación. En las escuelas medias, con diferentes niveles de articulación entre docentes y alumnos, la gran mayoría de las y los estudiantes decidieron no responder la evaluación, realizar sentadas y tomas de escuelas, intervenir, rayar o romper las hojas del múltiple choice y dejar expresada en actas y notas la posición de rechazo al Operativo.

Las evaluaciones externas y estandarizadas son parte de la columna vertebral de la reforma educativa que impulsa el gobierno a nivel nacional en el marco del Plan Maestro. Una reforma que viene a profundizar el modelo privatista y la fragmentación del sistema educativo; y a adaptar la educación a las necesidades del mercado. Devaluando la educación pública y reduciéndola a su mínima expresión.

 

Impulsemos nuevamente el rechazo

Este año, nuevamente debemos buscar las formas de organizarnos más convenientes para boicotear este operativo. Es necesario discutir en cada escuela y en cada distrito cuál es la mejor manera para que los alumnos y las alumnas no respondan a este tipo de evaluaciones: hay que volver a hablar con las familias y con los estudiantes para explicar por qué este tipo de operativos no constituyen una contribución a mejorar la calidad de la educación pública, sino todo lo contrario.

Porque está conformado por evaluaciones estandarizadas que no tienen en cuenta las particularidades de cada alumno, de cada grupo y de cada escuela. En este sentido, van en contra del enfoque de los lineamientos curriculares vigentes que permite que cada maestro haga un recorte particular de contenidos y evalúe a sus alumnos con muchas más herramientas que un formulario modelo, basado fundamentalmente en un multiple choice.

 – Porque implica al Ministerio una enorme inversión de dinero en la elaboración de las pruebas y en la contratación de quienes las toman y corrigen, que podría ser usada para construir nuevas escuelas, resolver problemas de infraestructura, aumentar el sueldo docente, invertir en materiales y capacitaciones, etcétera.

– Porque, pese a los anuncios publicitarios, la evaluación no es anónima para los alumnos ni para las instituciones. En 2013, el actual Ministro de Educación Nacional propuso ante distintos medios de prensa que se podría premiar con incentivos materiales como libros o viajes a las escuelas que obtengan mejores resultados. Consideramos que los premios y castigos no deben ser el motor que guíe la enseñanza y el aprendizaje. El mejoramiento del sistema educativo debe partir de un proyecto que contemple a todas las escuelas y los fondos destinados a las escuelas no pueden variar por los resultados que sus alumnos obtengan en una prueba.

– Porque este tipo de evaluaciones  pueden funcionar como dispositivo disciplinador de los docentes. Quedó en evidencia este año cuánto le preocupa al gobierno que formemos ciudadanos críticos en lugar de dóciles; que hablemos de la desaparición forzada de Santiago Maldonado o de la última Dictadura Militar. Por eso, la cultura de la evaluación externa busca que los contenidos que se enseñen en las aulas sean aquellos que no “molesten”. Cuanto mayor reconocimiento vayan cobrando las evaluaciones externas, los docentes se preocuparán más por los resultados de sus alumnos, priorizando la enseñanza de los contenidos que serán evaluados.

Desde Ademys rechazamos el operativo Aprender 2017 y llamamos a docentes, familias y estudiantes a impedir este nuevo ataque a la educación. La evaluación externa estándar, lejos de mejorar la educación, la perjudica.

Abramos el debate en cada escuela con las familias y los estudiantes para que ese día no realicen las evaluaciones. La cultura de la evaluación que quieren instalar no será la cultura de la enseñanza y que seguiremos defendiendo.

¡No nos anotemos como veedores ni como como evaluadores!

¡Promovamos que no se hagan estas evaluaciones en nuestras escuelas!

Necesitamos construir un plan de lucha con paros progresivos de toda la docencia para enfrentar la reforma educativa.

¡Exigimos a CTERA un paro nacional!

 

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