A cinco años del asesinato de Mariano Ferreyra

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La extraordinaria movilización política por el asesinato de Mariano quebró el intento de montar un relato oficial, el cual partió del gobierno: quisieron responsabilizar del crimen a quienes estaban luchando por la causa de los trabajadores.

A horas del asesinato, la presidenta pronunció una frase siniestra: «yo creo que algunos desde hace mucho tiempo están buscando un muerto en la Argentina». De ese modo, arremetió contra los trabajadores sometidos a la tercerización en el ferrocarril Roca y que habían participado de la manifestación que terminó con el asesinato de Mariano, acusándolos de demorar sus testimonios ante la justicia supeditándolos a su reincorporación. Esa acusación fue destruida por una simple constatación de días y horas.

Crimen político

El asesinato de Mariano fue un crimen político contra la clase obrera, responsabilidad de un régimen social que protege y profundiza la tercerización laboral, que se apoya en la burocracia sindical y se vale de las fuerzas de seguridad y del espionaje contra el movimiento obrero y contra la juventud. Pedraza, el jefe máximo de la Unión Ferroviario, ponderado por CFK como un ejemplo de «sindicalismo constructivo», fue siempre un aliado del gobierno, al igual que los concesionarios ferroviarios que hicieron negocios enormes con los subsidios del Estado.

A cinco años del asesinato de Mariano, el gobierno sigue gobernando con la burocracia sindical y sus patotas. No hace mucho la presidenta respaldó, en discursos públicos, el ataque de la patota del Smata a los trabajadores de Gestamp y de Lear. Su agente -y posible funcionario de Scioli- Sergio Berni, apuntaló con la Gendarmería a la burocracia de Pignanelli, así como lo hizo la Policía Federal y su responsable político, Aníbal Fernández, en el momento del asesinato en Barracas.

La tercerización del trabajo, lejos de ser erradicada, se ha intensificado siguiendo el mandato del capital.

 Victoria política

Por primera vez, las dos cabezas máximas de un sindicato fueron procesados y detenidos como autores intelectuales de un asesinato político: es el caso de José Ángel Pedraza, ex secretario general de la Unión Ferroviaria, y de Juan Carlos «Gallego» Fernández, su secretario administrativo. Fue el resultado de una movilización política masiva que conmovió al país. Pedraza no sólo está preso, se ha desbaratado una maniobra por su excarcelación. Esa misma Justicia, sin embargo, ha rechazado seguir el hilo de las responsabilidades empresariales y políticas.

Ademys participó activamente en este proceso, sumándose masivamente al paro general y la movilización a Plaza de Mayo del día siguiente al asesinato de Mariano; participando de las distintas acciones (festivales, concentraciones en los Tribunales; asistiendo a las audiencias en Comodoro Py; impulsando charlas debate en los colegios; muestras de fotos, etc.).

La lucha debe seguir, para erradicar la tercerización, expulsar a la burocracia de los sindicatos y arrancar el juicio y castigo a los responsables políticos e intelectuales del crimen, que siguen afincados en el corazón del aparato estatal. El genuino homenaje a Mariano es continuar la lucha por los objetivos por los que él peleó en vida.

20 DE OCTUBRE

Mariano Ferreyra, actividades a cinco años de su asesinato

A las 13 horas, en Perdriel y Luján, la hora y el lugar en que cayó Mariano, se hará un acto y se descubrirá un mural, junto a sus compañeros y familiares.

A las 17 horas, festival en Plaza Houssay con Las Manos de Filippi, Non Palidece, Alika y la Nueva Alianza, Sambara, Miserere y bandas sorpresa.