CARTA A LA MINISTRA ACUÑA

2-Paritarias

Ministra Soledad Acuña:

En el día de hoy hemos recibido su carta y su llamado telefónico explicando su posición sobre la paritaria. Nos alegra que la haya enviado no sólo a nuestra cuenta .bue, sino también a nuestros teléfonos y correos particulares.

Esperamos que esta campaña – que se suma a la que realizaron sobre los voluntarios docentes –  se haya realizado con fondos del presupuesto educativo que, como usted debe saber, es el más bajo de la historia. Sabemos que así se garantiza que la educación privada (la cual elige para sus hijos) pueda recibir los $ 4.992.890.183 que les presupuestó.

Nos alegra que alguien que gana $ 139.988, y que acaba de recibir un aumento de $ 18.259, nos llame a nuestros teléfonos para decirnos que el aumento de 10 % que nos ofrece hasta septiembre debe alcanzarnos. Nos hace sentir importantes que una persona que debe pagar de ganancias más que nuestro sueldo (¿acaso incumplieron la promesa de campaña y sigue pagando ese impuesto?) se digne a enviarnos un mail.

Nos ilusiona pensar que los $26.000 que usted menciona aparecerán reflejados en nuestros recibos de sueldo el mes que viene en vez de aceptar que ese monto será el que recibirán solamente los docentes que trabajen más de un cargo recién dentro de seis meses.

Nos parece sumamente justo su reclamo de que los chicos tengan clases: lo sabemos más que nadie ya que, como somos docentes, trabajamos todos los días con ellos y no los vemos sólo para las fotos de campaña, como usted. Nos gustaría además encontrar todas las escuelas en condiciones edilicias para empezar el año y que a los 11 mil chicos y chicas que dejó sin vacante también les dijera que tienen que tener clases. 

Nos reconforta saber que, después de nueve meses de nuestro primer pedido de reunión (por las dudas, le recordamos que en junio del año pasado empezamos a pedir, entre otras cosas, la reapertura de paritarias), hayamos empezado a encontrarnos para discutir sobre nuestro salario y algunas de las preocupaciones que entonces le manifestamos.

Nos resulta simpático que mencione el techo simbólico del 18 %, mientras que nuestro reclamo es por un aumento del 40 %, o sea, menos que lo que usted recibió de aumento o, en otros términos, al 12 % de su sueldo. Le recordamos que la inflación no comenzó en marzo de 2017: en 2016 los docentes de la Ciudad ya perdimos más del 10 % del valor adquisitivo de nuestro salario.  

Nos alegra que vaya a reglamentar la licencia por violencia de género. Aunque, para ser sinceros, siendo usted parte del gobierno bajo el cual hay récord de femicidios, esperábamos que se tomara menos tiempo para hacerlo. Sabemos que cuando hay voluntad de trabajo, los cambios se realizan muy rápido, tal como lo demostraron con las modificaciones del artículo 17: en tan sólo un mes reglamentaron la caducidad del puntaje para poder acrecentar su mercantilización.

Para no extendernos mucho más, queremos agradecerle por pagar a los docentes de las escuelas intensificadas (a quienes el año pasado les agregaron 5 hs. de trabajo y no recibieron pago por ellas) el valor de un tercio de lo que valdría su hora; por seguir  agregando montos en negro a nuestro salario; por ocuparse de que las asignaciones familiares continúen siendo las mismas que en el 2014; por profundizar el achatamiento de la escala salarial y la desvalorización de la hora cátedra; y, una vez más, por usar dinero y tiempo del Ministerio de Educación para hacernos llegar su mensaje. 

Nosotros sí seguiremos apostando al diálogo ya que por ahora no lo vimos reflejado en la decisión de suspender las mesas salariales, en la ausencia de la paritaria nacional, ni en  el monólogo que recibimos en nuestros teléfonos particulares. 

Por eso, haremos dos nuevos días de paro para decirle al Gobierno lo que no quiere escuchar: que con salarios menores a la inflación no podemos vivir; que queremos a los chicos en las escuelas y para eso hace falta que las construyan; que queremos capacitación en servicio para que nadie haga negocios con nuestra formación; que queremos que no se nos inunden las aulas ni se nos caigan los techos… (¿Recuerda que le entregamos un pliego de reivindicaciones de 17 páginas?). Esperemos que esta vez pueda escucharnos. Si no, esto no es un diálogo: es una extorsión del Gobierno que, como única respuesta a las justas demandas de la docencia, amenaza descontar los días de paro.

Nosotros sí estamos a disposición y esperamos alguna vez ser escuchados en nuestros reclamos. Para que nos escuche, el 15 y 16 de marzo no estaremos en las aulas (lugar en el que usted nunca estuvo) sino en las calles, de paro, para hacer oír nuestros reclamos. 

Ademys