La docencia y la educación pública ante el balotaje

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El escenario político frente al próximo balotaje del 22 de noviembre, está abriendo debates en escuelas y lugares de estudio respecto a qué posición tomar frente a dos candidatos.

Los docentes de la ciudad de Buenos Aires tenemos para aportar a ese debate muchas evidencias de cómo viene gobernando  Macri, donde el sistema educativo está privatizado casi en un 50%, donde la falta de docentes es un problema grave, donde se eliminaron en el 2011 las funciones históricas de las Juntas de Clasificación Docente, donde se cerraron grados y cursos aplicando el Decreto 1990, donde se está aplicando una reforma en el nivel medio que recorta contenidos y flexibiliza el trabajo docente, donde se ha vaciado la escuela de capacitación docente y se ha avanzado en la evaluación educativa externa.

Macri se pasea por los medios de comunicación con su ministro de Educación E. Bullrich exponiendo su política educativa, ocultando a la población los problemas reales derivados de las mismas: la falta de vacantes que se profundizó con la inscripción “on line”, la no construcción de jardines y escuelas sobre todo en la zona sur de la Ciudad, el ataque al derecho de huelga a los trabajadores, la crisis de infraestructura, la diferenciación salarial, el vaciamiento de los programas y de profesionales en áreas como la modalidad de Especial y en los Equipos de Orientación Escolar, la separación de las maestras del JIC N°2 DE 12 de Flores responsabilizando a las docentes por la situación social y la persecución a nuestro sindicato intentando desconocer a los delegados de escuela elegidos democráticamente. A esto se suman la delegación a las universidades privadas de la capacitación de los directivos y la precarización de distintos niveles educativos, como ocurre con la extensión de los Centros de Primera Infancia (CPI), formas de precarización de la educación inicial que se multiplican en la Ciudad.

Pero el candidato Scioli no puede exponer ningún avance educativo durante los últimos ocho años en la provincia de Buenos Aires. El gobernador dejó sin cobrar a miles de docentes de diferentes distritos, redujo el cupo para los comedores escolares, no realizó las obras de infraestructura en las escuelas que están en una situación calamitosa, ha generalizado los planes de terminalidad que precarizan los contenidos y vacían las escuelas.

Los niveles de privatización de la educación en la provincia no se diferencian significativamente de los de ciudad: 41% contra 48%, y se amplía la fuga de matrícula a las escuelas privadas, fenómeno que sucede fuertemente a nivel nacional. El respaldo a la privatización de la educación se encuentra en la propia Ley Nacional de Educación, así como en los subsidios que reciben los emprendimientos empresariales y religiosos que lucran con la misma, y con la idéntica política de extensión de los CPI y jardines comunitarios que se pretende multiplicar en el país.

El macrismo avanzó con la evaluación a docentes, alumnos y escuelas, con la perspectiva de responsabilizar a los trabajadores de la educación por la crisis educativa, creando una unidad de evaluación de la calidad y equidad educativa, basada en la propia Ley Nacional de Educación. Por su parte, el Frente para la Victoria de la provincia de Buenos Aires presentó un proyecto de ley en el senado bonaerense que establece un régimen de evaluación docente que explicita que la permanencia en los cargos depende de los resultados de la evaluación.

La orientación social de ambos candidatos coincide: profundizar un proceso de vaciamiento, privatización, ajuste y degradación de la educación, para convertirla en un negocio privado, y sostener un mínimo “servicio asistencial” público. Consideramos que los responsables del ajuste educativo que hemos enfrentado durante todos estos años no tienen nada para ofrecer a la escuela pública y a la docencia.

Desde Ademys nos pronunciamos por la independencia política de las organizaciones sindicales y como siempre nos encontraremos en las escuelas y en las calles luchando por mejorar nuestras condiciones laborales y en defensa de la educación pública.

Gane quien gane nos proponemos seguir organizándonos para luchar por las justas reivindicaciones de la docencia y la población en general. En unidad y coordinación con el resto de los trabajadores, seguiremos defendiendo nuestros derechos y enfrentando los ajustes que sobrevengan. 

Ademys

18 de noviembre de 2015