Si peligra nuestra inscripción, peligra nuestro trabajo

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Acerca de las irregularidades y problemas generados alrededor del “Nuevo Sistema de Clasificación Docente”
Detrás de la máquina, está el “dedo”.
El sistema online está intentando promover una desorganización generalizada en la inscripción de los trabajadores de la educación. A los errores reiterados del sistema informático (falta de accesibilidad, caída reiterada de la página, miles de docentes sin la cuenta necesaria, etc) debemos encuadrarlos en su justo sitio, enmarcarlos en la finalidad política que les da sentido: como hemos sostenidos, no se trata de un error del sistema, es una política destinada al vaciamiento de la escuela pública.
La incertidumbre que atraviesan los compañeros, que en su inmensa mayoría, a mediados de abril no han podido inscribirse nada menos que para acceder a su fuente de trabajo, no tiene su origen en un mero error de cálculo, ni se trata exclusivamente de la indudable negligencia del Pro. Además de las desprolijidades y los inconvenientes técnicos, la actual implementación de la informática lejos está de la neutralidad y la transparencia que se propagandiza desde los carteles amarillos de la gestión. De lo que se trata es de avanzar con la aplicación de la reforma de las juntas de clasificación y su sustitución por un nuevo órgano, la COREAP, subordinada políticamente al Poder Ejecutivo porteño. Detrás de la máquina, está el dedo del gobierno, intentando digitar desde el Ministerio de Educación la conformación de los listados y los concursos.

Demasiadas incertidumbres y algunas certezas
A esta altura de abril, no se sabe aún qué pasará con los concursos durante 2015. Muchos vocales de juntas electos, que pese a haber sido reducido su plantel a la mitad, garantizaron los concursos en Primaria, Inicial, Curriculares, Especial y Adultos, no tienen certeza alguna de que este año pueda haber listados. Además, no existe en Primaria la confirmación del Ministerio de cómo se establecerán los listados por Distrito Escolar (opción ausente para la actual inscripción online). Tampoco hay garantías de que los 41 vocales actuales puedan atender para recibir y validar la documentación a los más de 40.000 docentes en los 15 minutos por agente que les asigna el sistema. Por otra parte, las nuevas juntas que deben avanzar con la informatización se hallan en un edificio que, paradójicamente, no posee aún teléfono ni conexión a internet. A estas preocupantes dudas, se suman certezas no menos preocupantes: la implementación de la reforma implica que las juntas de Artística, Técnica y Normales no realizarán inscripción durante el presente año; por otro lado, los vocales electos serán reasignados en sus funciones y estarán monitoreados por personal que responde directamente al ejecutivo. De esta manera, las juntas no pueden garantizar el seguimiento de los listados y organización de los concursos.

Detrás del discurso de la “eficiencia” que aportaría la informatización, se camufla la intención política de destruir un órgano en el cual los trabajadores tenían la posibilidad de elaborar de manera democrática listados para que el acceso al cargo no estuviera digitado por la gestión de turno.
Con la aplicación de la reforma en la inscripción docente, peligran los listados y los concursos transparentes.
Los docentes tenemos que organizarnos desde las escuelas para resistir este embate que pone en riesgo el acceso a nuestra fuente laboral.

Convocamos a los docentes a organizarnos y a seguir peleando:
– Por el acceso al trabajo;
– Por la transparencia en la elaboración de los listados y la designación de cargos;
– Porque se garanticen los concursos públicos;
– Por la elección de los vocales de Juntas y la restitución de las Juntas de Clasificación Docente.

En las escuelas, acercate a los compañeros/as y delegados/as de Ademys
En el Centro de Atención al Docente, acercate a nuestros vocales de Junta