El Ministerio de Educación de la Ciudad publicó recientemente los resultados de su Programa de Fluidez y Comprensión Lectora.

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El Ministerio de Educación de la Ciudad publicó recientemente los resultados de su Programa de Fluidez y Comprensión Lectora.

Desde Ademys queremos compartir una lectura de los datos supuestamente auspiciosos que el Gobierno de la Ciudad dio a conocer hace pocos días. En primer lugar, cabe destacar que no se puede escindir la aplicación de este programa del contexto en el que se enmarca. Los contenidos priorizados por Fluidez Lectora y el método de enseñanza que los encuadra, como ya hemos dicho en distintas oportunidades, persiguen diferentes finalidades que afectan de manera directa a la formación de lectorxs y ciudadanxs críticxs, como se establece en el Diseño Curricular de la CABA. Por otro lado, es evidente que como finalidad inmediata la «medición y publicación” de dichos resultados son más para el uso de una campaña electoral que para evaluar y, sobre todo, resolver las verdaderas necesidades de lxs estudiantes.

A largo plazo, vemos con mucha preocupación el cambio de aprendizajes significativos por aprendizajes mensurables, pasteurizados y precarizados. Como hemos señalado ya, el Programa Fluidez constituye una arremetida contra el enfoque constructivista, a cambio de un conductismo aggiornado por las neurociencias. Estamos ante una disputa de orden epistemológico y pedagógico. El “nuevo viejo” enfoque que intenta introducir el Gobierno de la mano de Fluidez le quita valor al aprendizaje de las prácticas del lenguaje como un conocimiento que constituye identidad, capacidad crítica, un bagaje cultural a la vez situado y universal, que sea potencialmente una herramienta emancipadora.

Lo que muestran los datos de este dispositivo elaborado por supuestos especialistas, luego de todas las pruebas, es que mejoró significativamente la comprensión lectora. ¿Puede esto ser consecuencia de una práctica descontextualizada de la lectura?

Analizando que en la segunda evaluación el 77.5% de lxs estudiantes de 3er grado tiene un nivel alto de comprensión, el 19.3% un nivel medio y solo un 3,2% un nivel bajo podemos concluir que 7 de cada 10 estudiantes mejoró su comprensión lectora. En este punto queremos señalar con énfasis que dicha comprensión pudo haber mejorado solo gracias a los procesos alfabetizadores de enseñanza y aprendizaje que, en las antípodas de la propuesta del Gobierno que se limita a contabilizar palabras por minuto, ponen en juego miles de docentes comprometidos con una línea de trabajo donde la lectura está contextualizada y persigue la construcción de sentidos mucho más amplios que la mera reproducción prosódica de enunciados o palabras sueltas. Agregamos al análisis que dichos procesos de alfabetización se dan en paralelo al Programa Fluidez y a pesar del tiempo valioso que este dispositivo nos quita en el trabajo diario. Es decir, lxs niñxs de la Ciudad comprenden mejor lo que leen porque lxs docentes seguimos enseñando de manera consciente, desde un enfoque que democratiza el acceso a la lectura, lo complejiza y problematiza.

Nótese que ese 3.2 % es muy inferior al 14.5 % que tiene un nivel bajo de fluidez lectora. Esto muestra claramente que esxs niñxs que pueden no leer de manera fluida, sí comprenden lo que leen. Si sumamos los porcentajes de comprensión de nivel medio y de nivel alto, el resultado es que el 96.8% de lxs alumnxs comprende lo que lee, aún cuando no puedan leer de manera fluida. Reiteramos, un dispositivo que persigue la “fluidez” no alcanza sus propios objetivos y el aumento en la capacidad de comprender un texto por parte de lxs estudiantes es el resultado de la tarea que se hace por fuera de ese dispositivo que sólo tiene el rótulo de Comprensión, pero cuya finalidad, dada la batería de actividades centrada en la pronunciación y rapidez para leer no es esa.

Aún con todas las dificultades que atravesamos y frente al intento de descalificación del trabajo y la formación docente, la capacidad y conocimientos de la docencia -remando a contracorriente de las políticas de vaciamiento y mercantilización que emanan del Ministerio de Educación y las usinas del liberalismo-, sigue siendo lo que garantiza efectivamente los aprendizajes.

Nuestra posición frente a este programa y los artículos de debate al respecto pueden leerse aquí https://www.ademys.org.ar/v2/20055-2/#:~:text=Seg%C3%BAn%20dicho%20programa%20la%20fluidez,entonaci%C3%B3n%20adecuada%20de%20las%20palabras%E2%80%9D.

Finalmente, y frente a las políticas del gobierno, es necesario explicitar que no hay métodos mágicos en educación. Quien afirme esto, miente. En el marco de la profunda crisis educativa que atravesamos, sostenemos una vez más que en lugar del vaciamiento y la privatización, lo que hace falta son recursos materiales concretos que permitan desarrollar un mejor proceso de enseñanza y aprendizaje.

 

 

 

https://buenosaires.gob.ar/resultados-de-las-evaluaciones/fluidez-y-comprension-lectora-2023